domingo, 19 de febrero de 2012

Anarquía.

Te lo voy a decir al oído para que no salga de aquí: un día sin leyes ni policía.
¿Puedes imaginar que pasaría?, ¿qué es lo que harías?.
Seguro que imaginas calles llenas de gente cometiendo todos los delitos habidos y por haber.

En las inundaciones de Nueva Orleans de 2005 se desató una extraña anarquía donde todo estaba permitido. Podías entrar en el supermercado al que solías ir cada semana y usurpar lo que te cupiera en los brazos o en un carro de la compra, invadir la casa del vecino y robar lo que encontraras... ¿De verdad somos una sociedad tan avanzada y civilizada?. Parece que siempre tenemos que tener en mente que si hacemos algo mal, esto será castigado con cierta multa, como un niño que sabe que si sucia las paredes de su cuarto será reprendido por su madre y por ese único motivo no lo hace.


No quiero creer que vivamos en una sociedad que se mantiene gracias a leyes escritas en papel y cuerpos de seguridad que castiguen a quien no las cumpla.
Si de verdad vivimos en una cuerda tan floja, en una línea tan delgada que separa el caos más absoluto de lo civilizado y hace falta que nos digan que no podemos robar, matar, violar... me avergüenzo de esta sociedad y la mando a la tomar por culo.

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